jueves, 24 de julio de 2008

Botella al mar

(esto no es literatura, es una cuerda, un grito que dice que hay alguien detrás de la montaña, una posibilidad dedicada a una amiga a quien pude servirle de algo, es, ojalá todos pudiéramos echar una o recibirla de vez en cuando, una botella al mar)

No voy a renegar de mis fuentes. No voy a negar lo que soy. No voy a creer sólo en lo que puedo entender. Uno, es tres cosas básicamente: lo que su historia le permite, sus decisiones y lo que ha leído. No voy a dar ejemplo de esto aunque pudiera hacerlo y, de esta forma, parecer más culto de lo que soy, o no soy, total, a quién le importa.
Sencillamente voy a pensar que esta noche mis palabras pueden salvarme y cada vez que diga me también estaré hablando de alguien, para alguien.
Soy lector, soy jugador, soy fanático de los dibujos animados (uno en especial). Soy todo lo que quiero ser. Y esto no es una simple boludez. Es justo lo que debe ser.
Hay quienes tienen muy claro desde el inicio hasta donde quieren llegar. Hay quienes lo van pensando sobre la marcha. Y hay quienes no saben desde dónde arrancar. Yo estoy entre los primeros. Y esto no es bueno ni malo, es, es porque así siempre fue. Porque para mí siempre así debió ser. Pero para aquellos que no saben, que no pueden empezar, muchas veces la vida es una complicación. No, la vida no es tal. La vida es una cancha a la que le debemos agregar las victorias y las derrotas. Ella, de por sí, no es ni una ni otra.
No reniego de mis fuentes pero tampoco las voy a citar. Quien las descubra bravo, en nada me va a afectar.
Hay, sí señor, más de cien motivos, más de cien palabras para no cortarte de un tajo las venas, pero alguien tiene que decírtelas. Y si no estás lo suficientemente loco o alienado como para decírtelas vos mismo necesitarás de alguien que te las repita. Triste, muy triste sería el mundo si yo anduviera por la vida repitiéndome los motivos. Para eso están los amigos. Y si uno no tiene un amigo genio homérico que te las envuelva en suaves versos no importa. Esos son los más agraciados, pero tampoco será tan abismal la diferencia. Así que, sin ser homérico ni mucho menos genio, me voy a empezar a enumerar:
tenemos la lucha, el sudor, los violines,
la paz que nos calma después del deseo,
tenemos el viejo carné de gurises
la foto que nunca quisimos mostrar por ser feos
tenemos miradas, caricias, tormentos
que dicen que uno todavía no ha muerto
tenemos la página en blanco, el lápiz
la boca repleta de besos y versos
tenemos el número de algún amigo
la voz runruneando un te quiero un te extraño
tenemos la dicha de llorar con ganas
las manos de alguien que muere contigo
tenemos las ganas de seguir vivos
tenemos recuerdos, un árbol (¿un pino?)
el atardecer aquel compartido
tenemos un río, un verano,
un olvido, un viejo secreto
que no compartimos.
tenemos el tiempo
que pasa y que cura.
tenemos seguro algún que otro verso
que nos regalaron
tenemos miradas, chistes y promesas
desvelos, favores que aún no hemos hecho
tenemos deberes con nuestros mayores
exceso de alma
y cero en el cajero.
Tenemos un tiempo que no conocimos
pretéritos hueros que nunca arreglamos
tenemos segundas oportunidades
tenemos futuro listo en el bolsillo
para usarlo todo lo mejor que podamos
tenemos un tipo tecleando alocado
con sangre corriendo, temblor en las manos
pensando que todo esto no es vano
creyendo que importa que sigamos vivos
sabiendo que siempre sobran los motivos.

martes, 22 de julio de 2008

Avisté los muros

Avisté los muros
Y eran tus ojos
Grietas del tiempo
Gastados de sostener caídas de sol

Avisté esos muros
Verdes
Y ya no estaban furiosos

Claudicó una pena encerrada
Cuando asomamos
La luna
Y yo

Eran dos mariposas de alcohol en la sangre
Tus pupilas
Eran dos lápices que dibujaron destinos

Y es un marfil de locura tu pecho
Cuando asomamos
Cuando asomáramos
La-luna-Yo

lunes, 14 de julio de 2008



Los Amantes
(a René Magritte)

De par en par la boca ensimismada

Besa un crepúsculo de ajeno templo
Por derroteros vagos nos da ejemplo,
Va buscando otra boca entusiasmada.

De funesto traje recibe el beso
Que le entregó la amante en colorado
Y en ese pincelazo apasionado
El beso se confunde con un rezo.

Desconocidos rostros los amantes
Reconocen que todo amor es ciego
(Así habrá sido también antes

Y está grabado en ellos como fuego)
¿Presienten que la cara oculta muestra
Esa que es verdaderamente nuestra?