La escritora e investigadora Claudia Amengual
(Montevideo, 1969), presentó en el correr del año 2012 su trabajo sobre la vida
y obra de Susana Soca. Trabajo que le sirvió como tesis de maestría para la
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, pero que luego convirtió en
un ensayo biográfico en formato libro. Al respecto, Amengual, hace una
interesante aclaración al comienzo: «El disgusto por la biografía novelada nace
tanto de mi condición de escritora como de lectora. Ese difuso límite entre realidad
y ficción me produce bastante recelo. [...] En el caso del ensayo está el
respaldo de los documentos y eso supone una tranquilidad.» (p. 16-17)
¿Quién fue Susana Soca?
Esta pregunta se responde con creces si uno
logra interesarse en primer lugar, y durante casi cien páginas, por la figura
del Doctor Franciso Soca, su padre, que, aunque no es una figura menor, no es
lo que propone el título del trabajo. Amengual parece advertir ese desliz
recién el página 83 del libro: «La amplitud de la figura de Francisco Soca es
materia para otro libro. Fue tan vasta su actividad en el campo de la medicina
y en la política que apenas hemos intentado aproximarnos a grandes rasgos que
permitan definir su perfil». Sorteadas estas páginas, y agradeciendo que la
autora no dedicara otras tantas a la madre de Susana, nos contraremos con una
exahustiva investigación sobre la figura de esta mujer.
El trabajo que contiene este libro es sin duda
de un gran valor, en ocasiones, generalmente después de un detallado recorrido
por los datos, Amengual resume de forma clara lo que se ha estado
desarrollando, tal es el caso, por ejemplo, de aquello que atañe a lo íntimo de
Soca, esa mujer rica que volcó su vida a las letras, generalmente de los demás:
«No sabemos cuánto preservó de miradas indiscretas en esa cápsula inexpugnable
que era su intimidad, pero sí podemos aseverar que si acaso hubo un amor en la
vida de Susana, ese amor fue la cultura en todas sus formas y su aplicación
humanista, un amor al que se consagró hasta que, demasiado temprano, la
sorprendió la muerte» (p. 161). Amengual reconstruye el itinerario vital de
Soca, siguiendo sus pasos desde Montevideo hasta París, por citar dos de las
ciudades, aunque no las únicas, que más gozaron de su presencia, y teje una
fina red de afinidades que formaron parte de ese itineriario. Un buen resumen
de esto se presenta cuando la investigadora transcribe la lista de los avisos
contratados por Emilio Oribe tras el fallecimiento de la intelectual uruguaya,
a modo de ejemplo podemos citar a: Jules Supervielle, Albert Camus, Roger
Caillois, Juana de Ibarbourou, Guillermo de Torre, Felisberto Hernández, entre
muchos otros. (p. 95).
Uno de los temas quizás más interesantes por
ser aquel al que se apela cuando se tienen vagas referencias sobre Susana Soca,
esa impulsora tenaz de la revista franco-española Cahiers de La Licorne (1947-48)
y su réplica uruguaya Entregas de La
Licorne (1953-61), es la posible
pugna entre ella y Victoria Ocampo, intelectual argentina que, entre otras
cosas, fundó la revista Sur (1931-92)
que cobijó a una gran falange de escritores entre los que se encontraba Jorge
Luis Borges. Sobre esto Amengual escribe: «Después de leer el homenaje de
Victoria [tras la muerte de la uruguaya] y la postal de Susana, la manida
hipótesis de la rivalidad entre las dos mujeres –llevada por algunos a los
extremos de la envidia y el odio– parece quedar reducida a una competencia
elegante y a una complicidad respetuosa que, quién sabe, si el tiempo lo
hubiera permitido, se habría potenciado para el bien de la cultura.» (p. 194).
El trabajo de Amengual culmina con un análisis
crítico de la obra de Soca donde expone temas centrales en su poesía: «...es
posible rescatar algunos motivos que se repiten [...]. De los que he
encontrado, citaré algunos que me parecen los más relevantes para guiarnos
hacia las preocupaciones de Susana. Ellos son: el mar y los ríos, el muro (o
tapia), la memoria, el aire, la ausencia, las cosas, el sueño, la resina y las
plantas en general...» (p. 497). También se establecen relaciones biográficas
entre vida y obra. Y encontramos, además, una perspectiva sobre su prosa donde,
la investigadora, no duda en resaltar tanto las luces como las sombras de una
escritora que casi ha pasado al olvido como tal: «Si fuera necesario forzar
alguna apreciación negativa, quizás sería esa falta de intención programática
en el sentido académico que conduce a una colección un poco despareja y solo
unida por los deseos y la voluntad de Susana.» (p. 472).
Susana Soca nació en Montevideo el 19 de julio
de 1906 y fue bautizada en la Catedral de Notre-Dame de París. Falleció el día
11 de enero de 1959 en el Aeropuerto del Galeão, Río de Janeiro, en un accidente aéreo.
AMENGUAL, Claudia. Rara avis. Vida y obra de
Susana Soca. Taurus, Montevideo,
2012.