miércoles, 28 de septiembre de 2011

El increíble Springer, una posible historia fantástica.



El increíble Springer fue el libro ganador del XVI Premio Nacional de Narrativa “Narradores de la Banda Oriental”. Su autor, Damián González Bertolino, contaba ya con una mención de honor en el X Premio Nacional de Narrativa por su libro Historia de la agresión. Estos son logros nada despreciables para un escritor de treinta años.


Conformado por dos, el libro se inicia con el mejor relato, aquel que la da nombre. La historia de Gastón Springer es, a su vez, la historia de su pequeño amigo, el simpático narrador-protagonista del relato que, de un momento a otro, se ve enfrentado a la trasformación de aquel en un gigante, un niño desproporcionado que en el fondo sigue siendo casi el mismo del comienzo.

Presentada en un estilo que hace fluida la narración y bajo una bien trabajada técnica, la historia de estos niños que empiezan a asomarse a la adolescencia viviendo en las playas que rodean Punta del Este en el año 1957 se vuelve entretenida y acapara la atención.

En esencia esta podría ser una historia fantástica, pero cabe dudar también del punto de vista narrativo, un niño siempre verá las cosas desde una perspectiva muy iluminada por las impresiones y la fantasía. La ambigüedad con la que puede leerse la transformación de Gastón Springer en el Increíble Springer beneficia mucho la calidad del relato al que el lector se enfrenta.

Con una buena dosis de incertidumbres, datos que se van dosificando lentamente, al final, puede decirse que poco importa el final. Esta característica la comparten ambos relatos del libro.

“Threesomes” está quizás menos cargado de fantasía, pero no exento de imaginación. La recreación de una historia que cuente con una cancha de golf como escenario principal es, al menos dentro de la literatura uruguaya, poco usual.

Ese trío de jugadoras que avanzan por la tarde dando, aparentemente, indiferentes golpes disparan un número mayor de historias en comparación con el relato anterior lo que permite leer este relato de forma más cercana a como puede leerse una novela.

El narrador no se aleja del punto de vista de dos personajes, la Sra. Hahn y el caddie de la Sra. Etchegoyen, pero, en ocasiones, irrumpe una voz irracional que puede, eventualmente, hacer regresar algunas páginas al lector que comience a realizar una lectura desatenta.

Soledad Platero resume parte de la esencia del relato en su prólogo: “El campo de golf es un espacio ordenado y silencioso en el que, además, algunas veces ocurren milagros inexplicables. Milagros menores, tal vez, pero en una vida miserable, un milagro menor aumenta su estatura.”

Por último, puede que no sea demasiado aventurado decir que, en esta historia, se percibe cierto acercamiento del autor con una literatura alejada de los moldes rioplatenses, más cercana quizás a la norteamericana, ya sea por la extensión o por el uso del lenguaje, aunque estas interpretaciones son posibles que nada le hacen a la validez de un relato que se sostiene muy bien por sí mismo.

Damián González Bertolino, como lo consigna la contratapa de la edición de Banda Oriental, nació en Punta de Este en 1980. Es docente de Literatura y ejerce en la ciudad de Maldonado. Ha colaborado con diversas revistas del Uruguay y anuncia la próxima edición de la novela El fondo por la editorial Amuleto.

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