lunes, 11 de mayo de 2009

Último segundo frente al río

Miro el arco brillante que dibuja la moneda que arrojé al río. Era la última en mis bolsillos. El arco es perfecto y en cada vuelta el sol rebota en su superficie pulida. La golpeé con el pulgar, como a una bolita. No recuerdo a mis amigos. No recuerdo sus caras cuando jugábamos en la vereda de tierra. Sólo recuerdo que éramos amigos porque no se podía ser otra cosa y no había otros. Antes los amigos eran los que el barrio te elegía. Pensé también que a mis años hacía mucho que había dejado de verlos. Casi todos se fueron haciendo otros, alejándose, algunos emigraron y uno murió; quizás esa fue su única forma de alejarse. Miro la moneda mientras asciende al cielo. La última. Cuando caiga no habrá vuelta atrás y habré quedado solo, porque ya no hablaré el lenguaje que todo el mundo habla. Y mientras la moneda toca por un segundo ese pedazo celeste de cielo, las imágenes se amontonan en mi cabeza, tantas en tan poco tiempo. No sé cómo llegué hasta aquí, hasta este borde encaramado del río. Tampoco importa. El arco brillante empieza su descenso. Ella está ahí todavía. Pierdo la noción de tiempo dentro del segundo que tarda la moneda en caer al agua. Y ya soy nadie porque no tengo otra como esa, ni voy a tenerla en mucho tiempo o tal vez nunca. Si todo se resume en eso no sé si vale la pena seguir viviendo. Ser nadie para nadie. Ser un pedazo de carne. Ocupar un espacio y un tiempo. ¿Qué me cuesta seguir el rumbo de la moneda y perderme en el agua? Quizás el sol también me alumbre un momento en mi salto y me sienta tibio.
La moneda cae y se incrusta en el agua como una flecha. No hace ruido y el río sigue corriendo. Yo no soy una moneda. Miro el reflejo del sol en la superficie y me decido. No soy la moneda. Ahora, sin ella, soy otro. Retrocedo y me pierdo entre el camino que lleva al borde del río.

10 comentarios:

El chache dijo...

Bueno bueno bueno.
Me ha encantado.
Un placer leerte.
Un saludete

Erato dijo...

Hola Juank ¿cómo va?(pregunta retórica)Me gustó mucho tu narración;un instante,un sentir...creo que logras con un muy buen manejo estilístico descomponer el monólogo interior y componer la situación de vida del personaje. Eres bueno, muy bueno!
De todos modos creo que pierde un poco en el fragmento que dice:"Y ya soy nadie porque no tengo(...)Si todo se resume en eso no se si vale la pena seguir viviendo" pero es una apreciación personal sin otro sustento que ese(el gusto personal)un saludoo de mí

Yana dijo...

Muy profundo lo que has compartido, y me alegra que el personaje se haya despojado de sus limitaciones y haya decidido darse otra oportunidad. Todos nos merecemos una despues de todo, no?

Verònica dijo...

me alegra el final.. hay que seguir si de alguna manera uno quiere brillar bajo el mismo sol que le puso luz a todas las monedas,
un beso,
Vero.

Juank dijo...

chache: muchas gracias por tu aliento y predisposición a leerme.
Siges invitado por estos antros literarios.

Juank dijo...

Erato: es muy estimable tu comentario y tus elogios diría que desmesurados pero bueno, quién se quiere quitar de encima carga tan benévola?
No sé bien si quería salirme del monólogo interior pero creo que te doy la razón, en lo que no se dice también se dice mucho (la idea no es mía sino de Rosalba Campra), los silencios o los "espacios vacíos" dejan ver mucho más allá del mero, casi ínfimo episodio que se está narrando. No sé si todo esto es un acierto, así como no sé, en ocasiones, si todo se trata de gusto personal, como vos mismo lo excusás. Pero en fin, vuelvo a mi agradecimiento.
Con respecto a tu crítica, la veo buena, pero no sé qué es lo que se pierde, ¿el monólogo?, ¿el manejo estilístico?
Te respondo con una idea de Carver, él recortaba tanto sus cuentos que al final terminaban siendo un tercio o menos de lo que había escrito, yo de por sí ya soy escueto y a veces discuto conmigo propio para no seguir recortando cosas que, de ser así, terminaría dejándome a los pies de una narrativa ultra-corta (vaya mi admiración para Monterroso) que no busco.
Sigo a tus órdenes y espero verte por aquí.

Juank dijo...

Mariana: claro que sí, creo que ese es el centro de la cuestión, aunque no sé bien con respecto a qué o quién nos damos esa segunda oportunidad pero debemos dárnosla puesto que la valentía de enfrentarse a la vida consiste en eso.
Un abrazo y espero seguir viéndote por aquí.

Juank dijo...

Verónica, un placer.
Creo que el que le pone luz a las monedas no es el sol, es el hombre que la mira con ganas de ver mucho más allá de lo ese pedazo de metal es, por eso los sacrificios, los robos, los miles de etcéteras que le podríamos agregar a esto.
Un abrazo

Erato dijo...

De nuevo hola Juank:Agradezco tus palabras y tu modo de compartir conocimiento,no creo que debas de ningún modo minimizar tu trabajo; en cuanto "a lo que se pierde" que me refería es: a la consistencia estilística que venías desarrollando perfecta con el manejo del monólogo y como tu mismo dices ,citando a Rosalba Campra ,lo no dicho es muchas veces más sugerente que lo dicho.No temas al "recorte",tu prosa es vivencia pura, emoción, vitalidad, Monterroso... más "academia"en algunos de sus cuentos.Siempre nos domina el gusto personal,la lectura es tan subjetiva......

Juank dijo...

Erato: perdón por la demora en mi respuesta. Creo que hay razón en lo que dices y es tan difícil darse cuenta a veces qué es lo que está sobrando, sobre todo cuando hemos sido nosotros los que lo hemos "adornado".
Un abrazo y la seguimos...